La licuación del terreno es un problema común en zonas sísmicas; se produce debido a un aumento brusco de las presiones intersticiales, las cuales, por encima de un determinado valor, producen la anulación de las presiones efectivas en las capas de suelo afectadas, y por consiguiente, la eliminación de la resistencia al corte.
Los efectos de la licuación producen movimientos en todas las direcciones durante el sismo, y después del sismo siempre queda un asiento inducido que provoca daños adicionales.